"Habitación Macbeth" vuelve a Mendoza con una única función
La aclamada obra teatral regresa a la provincia con una función en el Teatro Independencia.
Habitación Macbeth, la obra de teatro argentino más premiada, vuelve a Mendoza.
Dirigida e interpretada por Pompeyo Audivert, la pieza propone una nueva forma de encarnar los personajes, presentando al teatro como un arte vivo. Cuenta con música original de Claudio Peña, que complementa la atmósfera única de la obra.
Esta propuesta experimental aborda la tragedia de Shakespeare desde un enfoque único: a través del cuerpo de un actor (encontrado en la fosa del teatro), las Brujas Fatídicas del páramo de huesos representarán Habitación Macbeth, para el goce, deleite y catarsis metafísica de nuestra majestad creadora Hécate, vulgarmente conocida como El Público.
La función será el sábado 27 de septiembre, a las 21 horas, en el Teatro Independencia. Las entradas están a la venta en www.entradaweb.com.ar, con precios entre $30000 y $35000.
Sobre Habitación Macbeth
Habitación Macbeth es el intento de arrojar junto a Shakespeare un piedrazo en el espejo, también en el nivel de las formas de producción, de transparentar la estructura soporte, la máquina teatral y su metáfora, sin menguar la extraordinaria potencia poética que sostienen sus efectuaciones ficcionales; por el contrario, mestizándose con ellas, acrecentándolas, defendiendo la máscara (Macbeth), pero también sus misterios sagrados, su ser artificio ritual de una presencia (nos otros) que siempre evade la emboscada que el teatro le tiende amorosamente para develarla, y que tal vez sea la nuestra en esa latitud de ser sin máscaras.
El actor como habitación posesa, habitáculo de encarnaciones, punto de encaje de un trance colectivo vinculado a la sospecha existencial de ya haber sido, de estar inscriptos en el eje de inercia de un sinfín implacable, en un teatro llamado mundo que nos detenta como piezas predestinadas a un circuito prefijado e irrevocable de muerte y resurrección.
Macbeth es la obra perfecta para este cometido teatral; somos actores de una tragedia circular que ya está escrita, habitados por fuerzas que viven larvadas en nosotros, rémoras de un crimen social que fundó nuestra perspectiva histórica y no cesa de producirse. Somos una sociedad Macbeth, nacida de una voluntad de poder compulsiva, cargada de un imperio que no admite rechazo.